Como si el desafío de ser padres fuera pequeño, actualmente el siglo XXI nos ha sorprendido con todas las opciones tecnológicas a las que pueden acceder las nuevas generaciones, las cuales están conformadas por nuestros pequeños de entre 3 y 7 años. Esto sin duda representa ventajas y desventajas, pero sobre todo exige consideraciones ante los riesgos latentes (cambios en su carácter, problemas en el desarrollo de sus habilidades psicomotrices y en su capacidad de resolución de problemas), así como estrategias para su uso y aprovechamiento en beneficio del aprendizaje de nuestros hijos.
Debemos recordar que el aprendizaje y desarrollo cognitivo de nuestros hijos tiene diferentes etapas, en las que los estímulos externos comienzan a formar el pensamiento y la adquisición del lenguaje.
En este sentido, podemos usar los estímulos de la tecnología para beneficiar el aprendizaje. Una tableta permite que nuestros hijos interactúen con estímulos auditivos o de forma y color; también brinda interactividad. Por ejemplo, el pequeño escucha un cuento y con ello aprende nuevas palabras, ya que al mismo tiempo relaciona las formas y colores, construyendo así su significado. Con las aplicaciones educativas apropiadas en las tabletas, puede aprender datos sobre animales, canciones, países, etc.
Sin embargo, si no regulamos el tiempo para que nuestros hijos utilicen estas nuevas tecnologías, la sobre-estimulación puede generar inconvenientes. El abuso puede generar una extrema pasividad física en nuestros pequeños (se recomienda un máximo de 45 min. al día si se encuentran en su primera infancia), impidiendo el desarrollo de sus habilidades psicomotrices, las cuales les permiten construir conocimientos lógicos y funcionales.
En conclusión, lo más importante es conocer cuáles de las más de 80,000 aplicaciones educativas son las que seleccionamos para nuestros hijos y restringir el tiempo de uso de las mismas, porque siempre hay un mundo fuera de la tableta que nuestros hijos también tienen que descubrir.
Jazmín Gaspar
Mamá de dos. Pedagoga egresada de la UNAM, cuenta con reconocimientos por sus investigaciones en torno a la educación, tecnología y arte. Ha impartido diferentes ponencias alrededor de la república mexicana buscando concientizar a docentes, alumnos e investigadores respecto a la importancia de una pedagogía consciente y liberal.
Estudió Danza Contemporánea en el INBA, complementando la parte humana y artística dentro de la educación.
Ha colaborado en la Dirección General de Computo y de Tecnologías de la Información DGTIC – UNAM generando bases pedagógicas para el desarrollo de proyectos de realidad aumentada y otros recursos tecnológicos en pro de la Educación Universitaria.
Es colaboradora y socia fundadora en diferentes empresas en torno a la crianza respetuosa de las niñas y niños, diseñando metodologías de aprendizaje y estimulación en etapas tempranas de la infancia.
Actualmente se encuentra desarrollando una investigación sobre el impacto de la tecnología en la educación de la generación z y alpha.