Grasas y aceites
Las grasas han estado siempre presentes en la cocina. Su cuidadoso uso y la experiencia es uno de los secretos de la extraordinaria variedad que se encuentra en los productos Kinder.
Las grasas hidrogenadas
Las grasas hidrogenadas se producen a escala industrial recurriendo a un proceso químico denominado "hidrogenación". Lamentablemente, este proceso puede modificar la estructura de algunos ácidos grasos convirtiéndolos en lo que se conoce como "grasas trans" . La literatura científica ha demostrado que este tipo de grasas, una vez consumidas, elevan los niveles del "colesterol malo" en sangre. Existen muchas razones por las que ciertas empresas recurren a estas grasas. Tienen una textura similar a la de la mantequilla, son más fáciles de conservar durante largos periodos de tiempo y, por lo tanto, incrementan la vida útil de los productos. Además, son más estables a las altas temperaturas que otros aceites más tradicionales. Kinder no usa grasas hidrogenadas debido a los problemas de salud mencionados. Por esta razón, los productos Kinder no contienen grasas trans producidas de manera industrial, sino tan sólo trazas de ellas que se encuentran naturalmente en la leche y que, según los expertos, no producen ningún efecto sobre la salud.
Selección y control de calidad Kinder
Las sutiles características del gusto y la textura que encontramos en los productos Kinder son tantas que es imposible describir, para cada producto, cómo logramos los resultados que se esperan de nosotros. Sin duda, uno de los secretos de esta gran variedad es un estudio continuo, con el objetivo de encontrar el equilibrio perfecto entre las grasas presentes, de forma natural, en nuestros ingredientes, tales como la leche, el cacao y las avellanas, y las que añadimos basándonos en nuestra experiencia. Este equilibrio es sometido a un exhaustivo y minucioso estudio por parte de nuestros expertos, los cuales buscan la mejor forma de combinar las diferentes propiedades de las grasas para conseguir rellenos extracremosos y equilibrar la naturaleza elástica de algunas grasas con la dureza de otras, creando así productos particularmente crujientes y crocantes, así como otros esponjosos y suaves.
Estas cuidadosas combinaciones resultan muy útiles al mezclar nuestros productos y sus sabores para conseguir el característico sabor que buscamos. El delicado matiz de una grasa puede suavizar los sabores más fuertes, consiguiendo una experiencia global más refinada para nuestro paladar.
El objetivo que hay detrás de este paciente trabajo es muy sencillo: lograr la perfecta armonía entre textura y sabor, tan apreciada por todos aquellos que adoran nuestras recetas.
Obviamente, detrás de todo este estudio se esconde la cuidada selección de nuestras materias primas.
Los técnicos de Kinder usan estándares de calidad muy rigurosos al elegir las grasas que usamos.
La alta resistencia a la oxidación, así como la mejora de la estabilidad del sabor y la textura durante toda la vida útil del producto son muy importantes, como también lo es garantizar que las grasas que utilizamos poseen las propiedades y características que necesitamos para elaborar recetas únicas y complejas, fruto de los conocimientos y la experiencia de Kinder.
Además de la manteca de cacao, Kinder usa en sus recetas las siguientes grasas vegetales:
La manteca de karité
Butryospermum parkii, más conocido como el árbol de karité, es nativo de África. Crece de forma silvestre en la región del Sahel de África occidental, donde la población local recoge manualmente los frutos que caen al suelo cuando están maduros. Crece muy lentamente y comienza a producir frutos después de unos 15 años, alcanzando su máxima productividad a los 50 años de vida, si bien en ocasiones pueden vivir más de 300 años. El fruto es de color verde y está compuesto de una fina pulpa que rodea una semilla grande. Después de la cosecha, el tratamiento del fruto comienza con la retirada de la piel y la pulpa, hirviendo las semillas, muy ricas en grasas, y secándolas posteriormente al sol. Una vez secas, las semillas se muelen y se extrae la parte gruesa. La grasa obtenida se transforma en aceite y manteca de karité. Esta preciada materia prima se usa posteriormente en la industria alimentaria y, en menor cantidad, en la industria cosmética y la farmacéutica. En Kinder usamos karité en Kinder Delice, Kinder Happy Hippo, Kinder Softy, en las figuritas Kinder, Kinder Joy y en Kinder Surprise para conferir a estos productos la textura y la consistencia adecuadas. El crecimiento del árbol de karité no requiere técnicas de riego ni agronómicas, las cuales rara vez están disponibles en estas zonas del mundo. Además, la presencia del "Cinturón de karité" contribuye a ralentizar la desertificación de la región subsahariana. El karité y otros productos obtenidos de esta planta representan una importante fuente de ingresos para las comunidades rurales de esta zona de África al ofrecer oportunidades de empleo, dado que la agricultura se practica a menudo con dificultad y con muy poco rendimiento. Las mujeres participan habitualmente en la cosecha del fruto.
La manteca de sal
Shorea robusta es una planta igualmente conocida por el nombre común de sal o sala, y es de origen exótico. De hecho, es un árbol forestal originario del subcontinente asiático que se extiende sobre todo por India. Se trata de un árbol alto y de cuyas semillas se extrae un aceite apto para el consumo alimenticio. El fruto de la sal es de un color rojizo tirando a verde amarillento, con semillas verdes que pasan a marrones cuando madura el fruto. Los frutos maduros caen al suelo, de donde los recoge la población local. El crecimiento espontáneo de las plantas no requiere técnicas de riego ni agronómicas. Después de la cosecha, se inicia el proceso de tratamiento: el primer paso consiste en la separación de la parte no comestible (cáscara) de la parte comestible (semilla). A continuación se muele la semilla, extrayendo la parte grasa, que se transforma en aceite y manteca de sal. Esta materia prima se usa mucho en la industria alimentaria. Por su parte, Kinder lo emplea en Kinder Delice. Las plantas de la sal tienen un fuerte valor social, dado que en su cosecha participan poblaciones locales, para las que esta actividad representa una fuente de ingresos importante. Durante más de 30 años la cosecha de los frutos de la sal ha proporcionado sustento a cientos de personas que viven en zonas rurales, garantizando su supervivencia y evitando tener que trasladarse a barrios urbanos. Por su importancia social y económica, la cosecha/gestión de sal está sometida al estricto control del Gobierno indio.
El aceite de girasol
El aceite de girasol es un tipo de aceite extraído de las semillas de girasol (de acuerdo con la clasificación botánica deberían denominarse frutos), que proviene de una planta anual (Helianthus annus) perteneciente a la familia de las Compositae y originaria del continente americano, si bien se ha extendido también a Europa. Lo que denominamos habitualmente flor del girasol es en realidad una inflorescencia formada por una serie de flores agrupadas siguiendo un esquema concreto: amarillo en la parte exterior y gris-negro en el interior. Cada inflorescencia puede contener más de 1.000 frutos, la cáscara externa (pericarpio), fuerte y no comestible, contiene una semilla que es de gran interés industrial y alimenticio. De las semillas de girasol extraemos un aceite rico en ácidos grasos insaturados, especialmente oleicos y linoleicos. Además, en las últimas décadas se han seleccionado algunas variedades con alto contenido en ácido oleico, lo que ha abierto nuevas posibilidades al uso de este cultivo. En Kinder usamos este tipo de aceite de girasol, rico en ácido oleico, porque es más estable y especialmente adecuado para nuestras recetas, dado que no interfiere con el aroma de otros ingredientes, garantizando el incomparable sabor de Kinder. Los productos que usan aceite de girasol son Kinder Brioss, Kinder Colazione Più, Kinder Pan e Cioc, Kinder Bueno White, Kinder Joy y Kinder Happy Hippo.